Regreso al origen -Libre-

Recostado en su camarote, sentía el suave ondear de las olas del mar y eso lo ¡desesperaba!!! No soportaba estar en un lugar cerrado por mucho tiempo, si bien puedo haber volado a la isla por su cuenta estaba más que seguro que no duraría mucho en el aire entes de que alguien le disparara por ser un objeto no identificado en los radares o simplemente para capturarlo y ver “que hace un dragón vivo” pfff… pura basura. Dejo de darle tantas vueltas a cosas sin sentido, nimiedades como esa, frunció en seño con molestia y media vuelta en su cama para dormirse o por lo menos intentarlo. Estaba a punto de regresar a la Isla Mansel el lugar en nació y donde suponía encontrar el imbécil que asesino a sus padres, su única pista era esa isla y demonio bocón que intento salvar su vida al decir cosas como “el que mato a tus padres sigue en esa isla” pero agradeció la información y luego le arranco la cabeza con las manos, jejeje… eso fue divertido; esta vez se decidió a dormir algo antes de llegar.

"En sus sueños recordaba ese blanco manto de nieve que cubría todo, mientras miraba desde su ventana como las nubes oscuras comenzaban a congregarse en demasiado cerca de su hogar, el cocina su madre les llamaba a cenar, Jhou de unos 6 años cerró la ventana como si con eso sus preocupaciones respecto a aquella tormenta fuesen a desaparecer, bajo las escaleras sin apuro, mientras su padre ponía la mesa junto a su madre, al instante su hermana menor pasaba de él mientras corría a los brazos de su madre y estas la acomodaba a su lado, mientras su padre le llamaba a comer."

Toc-Toc

Se incorporo molesto de la cama y con mala cara abrió la puerta de metal dejando ver a una joven que intentaba decirle que ya habían llegado, pero estaba tan sonrojada que no podía, después de unos minutos para que ella diera el mensaje, le cerró la puerta en la cara y pasaba a tomar su mochila y un suéter negro sin manga que estaba en la cabecera de la cama, a juego con sus pantalones negros, con una hebilla de dragon plateada y sus botas negras con detalle metálico. “mmm… ¿abra cambiado?” fue su único pensamiento antes de salir del barco y dejar el frio de la isla le diera la bienvenida, ralamente extraño ese aburrido lugar.

Solo un pequeño detalle – y… ¿Cómo demonios llego a la ciudad?!!- grito en medio puerto, estaba cabreado, bien tenía dos opciones, una caminar y caminar hasta llegar o ¿preguntarle a algún idiota que le quisiera responder? Suspiro cansado y fastidiado, tenía cara de pocos amigos, por lo que mejor comenzaba a caminar… -Haaag, que fastidio- dijo mientras miraba como algunos se quitaban de su paso y comenzaban a cuchichear cosas sin sentido, como “¿viste que alto es?; ¿no parece alguien de fiar?; nunca vi a alguien como él…etc.” Eso solo podía ayudar a su “buen” humor del día. Rodo los ojos mientras miraba el lugar, no lo recordaba en lo absoluto, y pesar que vivió hay por seis años. Resoplo mientras dejaba que el vaho que salía de su boca se disolviera totalmente, miro a un joven o eso pensaba, tampoco es como si le tomara importancia de quien fuera, se acerco silenciosamente hasta estar a un paso de él, le toco el hombro –Oe... ¿cómo llego a la ciudad? – pregunto si mucho ánimo.

Reparo en la figura del chico, cabello castaño, ojos color jade y de paso más bajo que él… “mmm… nada que no haya visto antes” pensó para sí mismo, mientras miraba en dirección en la que el chico le apuntaba, el camino parecía fácil de seguir pero era mejor acompañado al parecer las personas del lugar tenían algo de respeto por él, “jmmmp… interesante…” tal vez la compañía de aquel sujeto evitaría que dejaran murmurar, si supiera que podía escucharle perfectamente cada maldito susurro, frunció el seño como de costumbre.

Se acomodo mejor la mochila negra en la que iban sus cosas y libros para las clases, que esos mocosos no pensaran que por ser profesor d educación física no les daría teoría… él seria su peor pesadilla, una leve sonrisa algo siniestra se poso en rostro, para luego mirar al chico que parecía esperar una respuesta – Mmmm…tks, no me vendría mal un guía…- miro de nuevo al chico, tenía algo familiar, sacudió sus ideas… era imposible después de todo, de su pasado en la isla solo recordaba ciertas cosas y la masacre el que ocasiono por culpa de esos bastardos, perdió a sus padres. La furia se instalo en sus rubíes mientras bajaba la mirada y apretaba los puños con impotencia.

Por momentos se sintió ajeno a todo el lugar, como si fuera la primera vez que pisaba la isla y a la vez la nostalgia lo embargaba, levanto la mirada neutra al chico, tenía algo más que preguntarle –Oe… la academia, haaa… la academia está muy lejos del centro de la ciudad? – dijo a la vez que avanzaba detrás del chico de ojos-jade. Miraba como el puerto y la zona pesquera era dejada poco a poco atrás, miro un poco los locales desde lejos, tal vez luego compraría algún que otro atún, eran de su agrado.

Tenía la sensación de que el chico lo estaba estudiando o algo así, sus ojos verdes le eran jodidamente familiares pero no savia de donde, los de su hermana eran azules como los de su madre, así que por ese punto no era. Siguieron avanzando mientras pasábamos un pueblito… una que otra casa, unas pequeñas tiendas y negocios de ventas.

La vocecilla del sujeto se metió en su cabeza, haciendo que dejara de mirar el paisaje para responder su pregunta y desde cierto punto de vista le daba la razón, pero eso era algo que él dragón jamás admitiría en público, tenía su orgullo que mantener y eso junto con honor eran su prioridad. Dejo que sujeto de blancos ropajes siguiera con lo que le parecía un discurso… “¿así que también es profesor? Mmm… no me equivoque, si es interesante” pensó para si mismo mientras ya por fin se disponía responderle su pregunta – see… Profesor de Educación Física; digamos que haré que esos niños dejen de estar tanto tiempo frente a un computador y hagan algo por ese cuerpo que tienen…- dijo serio, mirando cómo se comenzaba a dejar ver un campo y las construcciones eran dejadas atrás.

Respiro profundo, la verdad no se sentía cien por ciento cómodo hablando con un extraño, pero trabajaría con él sería mejor llevarse las cosas por las buenas, mientras se pudiera… su carácter no daba para mucho –Bueno… trabajo es trabajo y temo que te equivocas- dijo mientras miraba sus ojos verde-jade y mostro una diminuta y efímera sonrisa – yo soy de la isla Mansel, nací aquí junto a mi hermana y mis padres… pero ellos fueron…- guardo silencio mientras recordaba las palabras de que usaron para algo que él vio con su propios ojos – víctimas de un evento climatológico extraño que les quito la vida junto a otros más- “si lo otros demonios bastardos que yo mismo me encargue de mandar al agujero de donde provenimos” –Tsk… en fin así que simplemente regrese a casa…- dijo no muy convencido de sus palabras… el lugar le era ajeno a él después de todo con seis años de edad no es mucho lo que puede recordar por mucho que lo intente.

Nada, eso era lo que se escuchaba en el bosque a medida que avanzaban aquellas siluetas que se podría decir mantenían una conversación a escala por el bosque, siguiendo un sendero trazado por aquellos que transitaron el lugar mucho antes que ellos, aquellos que trazaron rutas para el paisaje cambiar y domesticarlo a su antojo. La voz del chico de verde ojos llamo otra vez la atención del morocho, no esperaba esas palabras por lo que le miro un poco sorprendido, “¿que le den la bienvenida a un demonio como yo?… eso raro… pero mmm, tsk, agradable” ese pequeño debate fue detenido bruscamente.

Las imágenes del momento en que sus padres fueron acecinados, cuando la piel le ardía, cuando tenía la furia a flor de piel, el tomar su forma ancestral; aquel laso que el chico de cabellos cafés, estaba haciendo no es bueno para nadie, avanzo un poco, coloco la mano sobre los cabellos del más bajo y los revolvió levemente –Yo que tu no lo intento de nuevo, mira tu mano…- dijo mirando la mano aquel que se encontró a su lado, unas marcas negras aparecieron ella, muestras del vinculo que habían formado – son pocos los pueden mantener un vinculo con migo… por tu bien no lo hagas…-lo pronuncio mirando hacia adelante, el camino se trazaba ante ellos, quito la mano de sus cabello –gracias por la bienvenida… es bueno estar en casa…- eso fue casi un susurro mientras se adelantaba un poco.

Ese camino por primera vez le pareció familiar, no se sentía ajeno al lugar… era como si el bosque no cambiara por mas que le pueblo lo hiciera, levanto sus ojos rubí hacia el horizonte.

Escucho el andar del joven profesor seguirle de cerca, el moreno se sentía algo extraño por sus propias reacciones, no es muy propio de él ser tan amable con las personas, bueno salvo con su hermana menor, con ella era todo lo contrario; frunció el seño antes de continuar su camino a través del sendero que atravesaba aquel bosque congelado.

Volteo a ver al chico de verdes ojos, cuando este menciono lo de su casa, el dragón volteo rápidamente con los ojos ligeramente abiertos a ello, su casa se había destruido, pero conservaba el título de propiedad “tsk… lo que me faltaba, aunque… pueda que él sepa donde tengo que ir” pensó para si mismo mientras le miraba distraído ó sumergido en su pensar –Bueno, tengo la intención de reconstruirla, después de todo fue destruida por… “el incidente”- enfatizo en lo último, con un sarcasmo bien marcado, a lo que aquellos rubíes que no perdían la figura del chico, noto los guantes blancos, por un instante sintió culpa por el daño aunque mínimo, ciertamente le afectara mucho se puede decir que es como un veneno, que si el dragón no administraba afectaba a la persona, hasta que las maracas desaparecieran, solo rogaba internamente que él fuera lo suficientemente fuerte para soportar su veneno, si el joven profesor no fuera tan imprudente nada de eso hubiera pasado.

Por un momento pensó en seguir preguntándole y eso era algo que no le agradaba, aunque seguía con aquella idea de que aquel joven le era familiar, pero no lo podía ubicar del todo; suspiro profundamente para mucho Jhou era una persona de pocas palabras y mal carácter y de hecho así es… solo que una cosa es la que piensa y otra lo que muestra, asi que al final de un debate interno que no llego a ningún lado decidió mejor preguntar “no es mala idea… después de todo no pierdo nada” camino a paso lento con joven profesor a su lado, el morocho estaba un poco distraído, pero regreso a la realidad para terminar de contéstale al chico de castaños cabellos –Creo que me quedare un tiempo en la pensión, oe… ¿sabes dónde estaba la caja estilo japonés… la que se quemo hacer ya varios años?- era una forma casual de preguntar si aún quedaban vestigios de aquel lugar que llamo hogar por tanto tiempo.

No era como si aquello fuese realmente importante, pero su hermana le pidió reconstruir la casa, estilo japonés, tal y como ellos la recordaban y como negarse a su dulce hermana ella lo tenía hechizado y lo no le negaba lo que pudiera darle, depuse de todo ella era muy pequeña cuando pidieron a sus padres y él se sentía culpable aunque ella dijera todo lo contrario.