Noche de copas -libre-

No era común verlo por ahí, Abel no solía socializar, pero tampoco era un completo hermitaño. Tenía algunos amigos, los cuales no habían podido acompañarle esa noche. Realmente quería salir a relajarse, tal vez conocer a alguien.

Normalmente se mantenía ocupado, su trabajo como bibliotecario era absorbente, tenía que clasificar los libros y revisar que todos estuvieran donde debían estar y encima, tenía numerosos llamados cuando alguien requería de un curandero. Ésa era una de sus raras noches libres y planeaba disfrutarla.

Entró al bar, sentándose en la barra y ordenando un vodka con hielo. No planeaba emborracharse, pero amaba el vodka, usualmente hacía que su trago durase, lo suficiente para no sentirse demasiado mareado antes de pedir el siguiente.

Sus oportunidades para salir eran pocas y no le gustaba beber en casa, así que cuando salía al bar, debía ser cuidadoso o podía terminar borracho, por que su tolerancia al alcohol era muy poca.

Se quedó sentado en el taburete, sosteniendo su vaso y mirando a la pequeña multitud que ya se acumulaba, y eso que apenas eran las ocho de la noche. La noche apenas comenzaba.

Permiso ]]

Era una noche muy tranquila, la verdad que llegaba a ser aburrida de tanta tranquilidad en ese lugar, pero que mas se esperaba si nos encontrábamos en una isla. Aun extrañaba vivir esa vida de emociones constantes. No pasaba nada últimamente con la “guerra”.

Aunque no todo era aburrido en este lugar, una de las cosas que puedo hacer para divertirme es cantar para entretener a las personas en mi bar, esa era una de las facilidades que uno tiene por ser la dueña.

Eran un cuarto para las ocho de la noche y era la hora de empezar mi show, me subí al escenario y comencé a cantar una [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] que me gustaba mucho, la verdad que me sentía muy identificada con la letra, así que cuando comencé me sentí llena de energía. Las personas se comenzaron a acumular alrededor del escenario, esto hacia que le pusiera mucho mas animo y mas fuerza a la canción. Cuando acabe de cantar escuche grandes aplausos por mi presentación, quede bastante conforme con lo que había logrado.

Me dirigí a la barra para tomar algo y vi que estaba sentado en ella el bibliotecario de la isla. Lo había visto un par de veces cuando iba a buscar un buen libro a la biblioteca. Siempre he creído que es un hombre algo solitario, pero interesante a la vez, algo muy intrigante para ser un hombre. Me senté al lado de él y le pedí a uno de mis empleados que trajera mi botella especial, ellos no sabían que era en realidad una bebida hecha especialmente para mi, era una combinación entre vino y sangre algo muy apetitoso a esas horas de la noche. Me serví un primer vaso primero y comencé a beber.

Miró al escenario cuando la dueña del local empezó con su espectáculo. La reconoció enseguida como la chica que iba regularmente a la biblioteca, aunque no había platicado mucho con ella, le parecía alguien agradable.

Aplaudió con ganas cuando terminó de cantar, terminándose su trago y pidiendo un refresco.

La vio sentarse a su lado y le sonrió, esperando a que le llevaran su botella antes de saludarla.

-Señorita Sabattini -dijo, inclinando ligeramente la cabeza como gesto de respeto-, una canción muy interesante, mis felicitaciones, tiene usted una gran voz.